Taylor Swift – The Tortured Poets Department

Nuevo disco de Taylor Swift que (para mí) ha sido una sorpresa, no porque me haya llamado la atención su contenido (aún no lo he escuchado), sino porque realmente no me lo esperaba. hacía 4 días de su anterior trabajo (un Taylor’s version o Refrito, luego hablo de eso), o eso me ha parecido y ahora va y saca esto. Más tarde investigando me di cuenta de que ya lo anunció en la Ceremonía de los Grammys que sacaría disco nuevo en breve, pero lo que ha sido una sorpresa es que también ha incluido una serie de canciones que se habían filtrado completando una obra compuesta en total por 30 canciones.

Ya sabéis que yo soy más electrónico y no tan fan de géneros como el que representa Taylor, pero ello no significa que no valore enormemente su trabajo. Me voy a poner a hablar de Taylor Swift desde el desconocimiento en Modo Cuñao, así que disculpadme si cometo alguna imprecisión o digo algo que directamente es mentida .

TS es una artista que ha sabido rebelarse contra su anterior discográfica, regrabando sus anteriores trabajos ya en un entorno y compañía que le reportaba retribuciones justas a su trabajo. La actitud de los fans, lejos de ignorar los «nuevos» trabajos por tratarse de refritos optó por volver a comprar los discos y, no solo eso, es que en la actualidad se escuchan mucho más en las plataformas de Streaming las versiones «nuevas» que las antiguas.

Aunque siempre ha sido igual. Alguno de esos temas «viejos» de temática personal han sido readaptados agregando nuevos componentes que añaden sucesos nuevos ocurridos o dan más pistas sobre los antiguos.

En definitiva, antes escucharía un buen disco de Krafwerk que cualquiera de los trabajos de Taylor Swift, pero hoy haré una excepcion y The Tortured Poets Department será la sintonía que me acompañe en la cama.

El formato físico

Vivimos en unos tiempos en los que los usuarios hemos restado importancia a escuchar música en condiciones. Hace años comprabas tu vinilo en la tienda, llegabas en casa, realizabas el ritual abrir, pinchar, escuchar, dar la vuelta al disco y seguir escuchando.

Luego llegó el CD y el proceso siguió más o menos igual, con la única diferencia de que lo que antes era grande y redondo ahora era pequeño e igualmente redondo… ¡Ah! y que ya no hacía falta darle a vuelta. Y que sonaba mejor, claro, aunque alguno se me tirará a la yugular por decirlo.

También estamos los pobretones que usábamos cintas de cassete con grabaciones de dudosa procedencia. Muchos amigos míos se pasaban cintas originales en el instituto y nos hacíamos copias. Alguien que era mi mejor amigo del instituto me pedía que le dejara mis cassetes pero cuando yo le pedía una me decía que ni hablar. Pero creo que estoy divagando. El caso es que muchas de las cintas que tenía eran grabadas directamente de la tele, de programas musicales como Tocata, Rocopop…

Pero como todo en esta vida los tiempos cambian y llego el mp3. Y después del mp3 llegó Spotify y con él la desaparición casi total del soporte físico. De la misma manera que no de aquí mucho nuestros ordenadores no serán más que una pantalla y un teclado conectados a una «nube» que hará de CPU. O igual ya no es tanto el futuro y ya estamos ahí.

Y he vuelto a divagar

Dicen el proceso que va de la madurez a la vejez lleva consigo una serie de cambios, uno de los cuales hace que tendamos a rescatar costumbres y actitudes del pasado, de cuando éramos jóvenes. Incluso de cuando éramos niños.

Y quizá ese sea mi estado actual porque, curiosamente, estoy volviendo a comprar discos en formato físico. Antes eran LP, pero ahora están imposibles de precio. Ahora estoy comenzando a comprar CD. Pero también tengo mis dudas y me pregunto si quizá estoy haciendo el tonto… total… si la música está hoy día al alcance de un clic.

O no. Un día hablaré de mis reticencias con el Streaming de música.

De momento dejaré de divagar e iré directamente a la cama.